Una tardeada sin alegria
en el puente de iztacalco
donde delia ve pasar los dias
arremolinandose, como sus cabellos amarillos,
rojo beige, y una vez
se los pinto de azul
solo porque un wey le dijo
que parecia una estrella porno
asi
Dulcesitos y chicles
trae ella a montones
los cuales obsequia cuando platica
sus hubieres, y quisieres
conversando de todos sus novios
de los cuales ninguno es lo suficiente
hombre para que
la inviten a cenar,
despues de que le meten la verga,
cuando la dejan cansandose
de estar en extrañas posiciones,
para recuperar las energias perdidas
siquiera le pusieran lubricante
de cariño, decirle
ahi te va mi reatota chula,
haber si la aguantas,
esta ruda.
Delia sabe tanto de hombres, de penes, que la pena
es impresentable,
el pudor, innecesario
las formalidades romanticas, opcionales
los fluidos eyaculosos, vaginosos,
sudorosos, acentuosos
por sus encuentros
libidos nosos
Sus rumbos son iztacalcos, pero ella
no solo ha dejado ahi
sus nalgas,
las ha llevado a palmas, al kilometro 13
con los ricachuelos carmesi,
de los que ha sacado mas
cosas valgas,
como su mac
que solo utiliza para guatsap
y pendejar,
le han dado tambien joyas finas
como ese reloj que no se pone en la mano,
obviamente no
pero que lo trae
en el tobillo derecho
como las rameras
pero ella no es como esas
el puente de iztacalco la defiende, y aleja
de recriminaciones y moralejas
aqui solo hay dulcesitos, chicles y mentas
que delia obsequia cuando platica
sus costosas miserias..
Buena canción. Saludos.
ResponderEliminarOh oh here she comes, she's a maneater...
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